miércoles, 4 de junio de 2014

A todos aquellos que no se cansan de pedir

Exigencias. Presión. Estrés. Intimidación. Angustia. Agobio. Derrumbe.

A los demás no les vale que seas tú, sin más, sin tapar, desnudo ante ellos. Necesitan que seas el mejor en algo, si no, pues no vales. Necesitan que seas el mejor en algo que ellos quieran, no en cualquier cosa. No vale que seas bueno en muchos aspectos sin destacar inmensamente en otro. No quieren tener a alguien más cerca de ellos; alguien más del que no pueden sacar nada, del que no están orgullosos porque, sinceramente, no eres el mejor en eso que ellos querían que lo fueras. Además, no les basta con eso, quieren que seas el mejor en algo, pero a la primera. No dan más oportunidades. Te tendrán cerca y sobre un altar si consigues serlo a la primera oportunidad. No van a darte más. Ni una sola. Son exigentes.
¿Necesitas, de verdad, ser el mejor en ese algo a la primera sólo porque te lo pidan? ¿Quieres dejar de ser muchas otras cosas para ser el mejor en un aspecto?

Que les den a los que quieren que deje de ser como soy. Que les den fuerte y duro, porque me importa una mierda no ser la mejor en algo, estoy conforme tal y como soy, y si no te gusta, no te quiero en mi vida, te quiero lo más lejos que puedas. Pero eso sí, te lo digo con una sonrisa, porque voy a pasar de estar agobiada por ti a ser feliz.

jueves, 6 de febrero de 2014

Abortos y demás

Hoy, seis de febrero de 2014, día de mi decimonoveno cumpleaños, quería hablaros de cómo van las cosas en España.
Estaba mirando esta red social y me topé con este enlace, muy recomendable, por cierto: http://abortolibre.blogspot.com.es/2014/02/carta-de-una-joven-embarazada-gallardon.html
No me bastó con leer el post entero, sino que me puse a mirar comentarios para ver cómo una mujer joven era NO APOYADA, SINO ABUCHEADA por supuestos “izquierdistas” pero defensores de los derechos de un feto que ni piensa, ni siente, ni vive.
Y aquí es cuando unos de vosotros, antiabortistas, dejáis de leer o seguís haciéndolo para mofaros de mis ideales (y que sepáis que no me importa, cada uno es libre de pensar lo que le salga de la mente) y otros de vosotros, defensores de la mujer, seguís leyendo y quizás, apoyando algunos de mis puntos de vista.
Muy bien, pues comienzo:

Supongo que sabréis que al señor ministro de justicia se le ocurrió un plan genial para subir la natalidad española en poco tiempo (aunque aumente la mortalidad de mujeres españolas embarazadas), y si no lo sabéis, os comento: El señor quiere PROHIBIR el aborto a aquellas mujeres (porque, por si no es obvio, un hombre no se puede quedar embarazado y, por tanto, tampoco abortar) que no cumplan uno de los siguientes requisitos: a) Haber sido violadas y que ese bebé sea del violador, o b) Que su salud física o psíquica esté en riesgo. Esto último quiere decir que la salud psicológica de las personas nos la pasamos por el forro de la constitución, como muchas otras cosas. Así, si una mujer quisiera abortar tendría que ser valorada por psiquiatras y ser diagnosticada alguna enfermedad mental o síndrome, ya no una simple terapia que ayudaría a dicha mujer a enfrentarse mejor a la realidad que le toca vivir. Con esto no quiero decir que no se necesite la ayuda de estos especialistas, sino que se está apuntando demasiado alto y peligrosamente a la hora de ayudar a mejorar la calidad mental de las personas.
De esta manera, las mujeres que no consigan dicho papel que las condene a un síndrome inventado, porque la mayoría de ellas se encuentran en perfecto estado mental, tendrán dos opciones: a) Salir de España pitando y someterse a un aborto en algún otro país donde no esté prohibido, o b) Someterse a la clandestinidad de clinicuchas ilegales donde estará en peligro (ahora sí) su salud física (sin hablar de la mental). Así, las mujeres ricas optarán por la primera alternativa, y las que no puedan pagarse el viaje y la clínica, verán su vida pasar detrás de unas cortinas viejas y desgastadas y frente a un doctor que estará más pendiente de quién llama a la puerta y de si las persianas están bajadas que de lo que está practicando.

Pongámonos en la situación: Si una mujer se plantea abortar, ya es algo importante. Sólo el planteamiento ya viene dado por la duda del futuro no sólo del niño, sino de la madre y familia, y una duda es una duda indudablemente, no se puede obviar. Una mujer que aborte llevará esa carga durante toda su vida, ¿de verdad queremos ponérselo más difícil? ¿de verdad queremos que viva con más peso sobre sus hombros del que le toca por tener dos cromosomas equis y no uno Y?

To be continued...

domingo, 5 de enero de 2014

Retomamos

“Año nuevo, vida nueva.”

Y, como el dicho dice, este año planeo darle un giro de 180º a mi vida. Un buen giro, y que conste que no será de 360 porque me quedaría en el mismo sitio. Todo el mundo (o la mayoría) se habrá planteado ya sus “Propósitos 2014”.
Yo no, por raro que parezca. Porque yo me he planteado mis “Objetivos 2014”, y sé que para el año que viene, cuando haga la vista atrás al día 1 de enero de 2014, estaré contenta con lo que habré conseguido. Uno de ellos es actualizar este blog más a menudo. Y con más a menudo me he planteado una actualización mínima al mes (más suplementarias), porque hablando el otro día con un nuevo amigo de la carrera, descubrí que él también tenía Blog y entonces me acordé de esto. Ya no sé si alguien lo seguirá leyendo de vez en cuando o al menos si se acuerda de que antes solía escribir bastante más (y mucho mejor), y es por esto último por lo que decido retomar esto, para volver a expresarme con claridad y para desestresarme del mundo en el que vivimos.

Nos vemos en febrero como muy tarde, un beso.

martes, 26 de febrero de 2013

Lately.


Antes de nada disculparme por la falta de publicaciones estos últimos meses. Como supongo que será comprensible, me estoy centrando más en una novela que pretendo publicar (si no en papel, lo cual es imposible, en este blog) algún día y en los estudios. Sobre todo en los estudios.
Recupero pues este blog ya que he visto el trayecto que ha sufrido desde que lo abrí, y denoto la falta de cambios que intentaré ir solucionando para devolver este blog a los orígenes de su creación. De todas formas los iréis notando, así que aquí queda la entrada de hoy:
“Esa noche estaba ella ahí, tumbada en la cama sin perder de vista su teléfono móvil. No esperaba ni una llamada ni un mensaje. Sólo esa pequeña conversación que llevaba necesitando toda la tarde. Para qué mentirnos, ella se siente feliz cuando le habla. Y para qué volvernos a mentir, hacía mucho que no sentía algo así. No se sabe bien cómo, pero le ha cogido mucho cariño en muy poco tiempo. Eso le asusta. Además, ella sabe que no suele gustar a la gente. Sabe que frecuentemente es ignorada, sabe que no importa a la sociedad. A nadie.
Le resulta difícil quererse a sí misma tal y como es, sobre todo por su pasado. Lo pasa mal cuando se acuerda. Lo pasa mal cuando sabe que está ahí, imborrable, quieto. Lo pasa mal cuando piensa en ello como un recurso factible. Se tiene miedo a sí misma, a su yo del pasado, y es normal.
Sonó el móvil. Era él. Ese que tan bien le hacía sentir. Sin saber bien cómo surgió, ella acabó contándole sus miedos, sus temores. No quería volver a hacerse daño. Él se quedaba perplejo a cada palabra que leía. No se lo creía. Y eso a ella le hacía sentir aún peor. Como un monstruo. Tiritaba bruscamente sin tener frío alguno, jadeaba cuando no podía seguir una conversación tan densa. Tenía miedo de ser rechazada pero aún más le tenía a no ser sincera con ese que tantas sonrisas le ponía en la cara. Cuando acabó de llorar y miró la pantalla… Ahí estaba. Lo más bonito que le decían de corazón desde hacía ya tiempo. Pero eso es algo que quedará entre ellos dos, no se le puede decir a nadie.”

miércoles, 30 de mayo de 2012

Gusiluz.

–Te echo de menos –le dije.
–Tranquila, sólo quedan dos semanas.

El tiempo se paró en ese mismo instante. Dos semanas. Dos semanas. Eso ya no es nada para el tiempo que he pasado aquí. Llevo nueve meses deseando que llegue este momento, que llegue el día siete de junio y vaya a la fiesta con el vestido más bonito del mundo y que seguidamente llegue el dieciséis y esté en Gatwick facturando una maleta enorme. He soñado con todo lo que podía soñar: he soñado con que todo iba bien, he soñado con que mi avión se estrellaba, he soñado con que ya estaba allí, en Albacete; he llegado a soñar con que alguien me mataba y no os volvía a ver. Pero aunque haya soñado con todas esas cosas, eran solo pesadillas por la noche mientras dormía en una cama que no era la mía. Muchas mañanas me he despertado con lágrimas en los ojos porque no encontraba a nadie a mi lado o a mi madre en la cocina, o un vaso de leche de desayuno. Demasiadas veces. Pero esto está acabando, no me imaginaba que sería todo tan deprisa. Pensé que nueve meses tardaban más en pasar, pero no. Mi estancia aquí ha sido como una canción: rápida, dejando mucho que desear, con altibajos y con muchas cosas que recordar. Muchas. Demasiado buenas como para olvidarlas.
He echado de menos a mucha gente, muchas cosas, muchas emociones; pero he aprendido también loads of new things que siempre recordaré y llevaré dentro de mí. Tendría que darle las gracias a varias personas por todo eso, mas a la más importante ya todos la conocéis… 
Es una chica que llegó un tanto tarde al colegio, ojos verdes y delgadita (EJEM EJEM) que durante una gran clase de TOK no dejaba de mirarme a los ojos, hasta que al final dijo: "Oye... tú eres española, ¿no?"


¿Española yo? ¡Qué va! Me dieron ganas de decirle "Whaaaaat?" con acento de yoquésédónde, pero no lo hice, vaya qué raro en mí.


Y pasaron los días, y las semanas y los meses, y tenía a la lapa de Luz pegadita a mí. TODO EL RATO.











"Complementarias"


Y aunque a veces se pusiera un tanto pesada ahí estábamos las dos día sí día también (EJEM EJEM), teniéndonos la una a la otra, COMO DEBE DE SER.

No tengo mucho más que decir, solo que...


Voy a echarte de menos, Gusiluz, no te imaginas cuanto. Aunque, esperemos que lo más probable sea que el año que viene sólo tengamos tiempo de estudiar y de quedar la una con la otra, de "chilli" o de "chill out", como tú y yo solemos decir.

Gracias por todo.


Estás loca.


Pero te quiero (poco). Nah, qué va, te quiero lo suficiente como para comprarte por dos vacas y tres camellos. Eres perfecta tal y como eres, no cambies y deja de ser tan pija (L).



martes, 22 de mayo de 2012

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El olor.
El mejor sentido de todos sin duda alguna. El sentido capaz de hacerte viajar en el tiempo y recordar viejos momentos, el sentido capaz de hacerte olvidar cómo es algo para éste desde su última vez hasta que vuelves a olerlo.
A mí, personalmente, me fascina el olor de lo nuevo. Ver un libro nuevo en mi estantería me hace hojearla rápidamente cerca de mi nariz, y oler a árbol tintado mientras oigo las hojas pasar una por una (“trrrrrrr”), rápidamente.
Pero su olor es algo alucinante; indescriptible y de otro mundo. Te deja sin aliento en cuanto entra a la garganta y lo saboreas también. Hace mucho que no lo huelo, hace mucho tiempo que llevo sin su olor pegado a mi piel. Ese olor extraño a chicle mezclado con perfume y con champú. Ese olor extraño a ese chicle mezclado con ese perfume y con ese champú.
Lo echo de menos. ¿A ese olor? , qué va. A quien echo de menos es a él.
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