sábado, 25 de junio de 2011

Hypnosis (IV)

Me intenté estabilizar y conseguí hacerlo por un momento, el suficiente como para no caerme y salir del escenario. Allí dentro estaba Katt, mirándome con unos ojos como platos y la boca entreabierta, preguntándose que qué coño pasaba ahí.
-Nick, ya estás tardando en volver al stage, ¿me oyes? -me gritó, pero aún así no la oía del todo bien; me zumbaban mucho los oídos y me era muy difícil oír algo, aunque Kattie estaba chillando tanto que consiguió dejar a parte el zumbido y hacer que entendiese a la perfección lo que me dijo a continuación:- ¡Nick, que vuelvas al stage!
No le hice caso, estaba demasiado mareado como para volver ahí afuera. Me caí al suelo, me di un buen golpe, pero a la guitarra, por suerte, no le pasó nada.
Me acordé entonces del reportaje de fotos que nos habían hecho dos semanas antes.

Mike, el fotógrafo, un cuarentón con una poca barriga cervecera, estaba intentando plasmar la rebeldía del grupo haciéndonos fotos en un tejado de una casa baja, pero él lo único que quería era que se viese el cielo y las tejas en la foto, con nuestra cara, obviamente, pero a mí no me parecía el mejor sitio para hacer las fotos que iban a salir en el disco que sacásemos después del concierto y en las revistas al día siguiente.
-Vamos, Nick, pon de tu parte -había dicho Mike. Nos tenía a todos encima del tejado, sentados en el borde de las tejas menos a mí, que estaba de pie, haciendo como si empujara a Ethan por detrás para tirarlo al suelo. Parecíamos idiotas haciendo eso, era ridículo.
-Nicky, empuja de verdad al guitarrista, vamos, haz como si le odiases por tocar el mismo instrumento que tú -dijo Rachel, la ayudante del cuarentón fotógrafo. Era una chica bastante guapa, morena con ojos verdes, y un poco más baja que yo. Me guiñó un ojo.
-No, ¿sabéis qué? Esto es una gilipollez; paso de hacer el tonto delante de unas cámaras para mostrar mi "rebeldía", porque así no es como se muestra.
Mike y Rachel me estaban mirando desde abajo, ambos con cámaras en la mano, enfocándonos.
Salté, y mientras lo hacía millones de flashes me cegaron la vista, así que al llegar al suelo caí; no veía nada. Nadie me preguntó si estaba bien o me había hecho daño, pero la verdad es que no me había dolido lo más mínimo.
Finalmente, les dije a los chicos que bajaran, y siguieron mis pasos: más fotos saltando de un tejado.
-Mike, ahí tienes tus fotos, si no te gustan, pues te jodes, pero yo no pienso volver a venirme al culo del mundo a hacer una sesión fotográfica que no valga para nada.
Mike y Rachel parecían no escucharme, estaban absortos mirando una fotografía que me habían hecho cuando saltaba. Él se fue al coche, pero Rachel se quedó a hablar conmigo un poco. Era tan fácil conseguir a una chica, la que fuese, siendo un cantante de moda...
-Nick, me preguntaba si... no sé, si te querrías pasar por mi casa esta noche, no es la primera vez que vas, así que confío en que puedas coger el coche y venir. Te esperaré, tienes mi número.
Me dio un beso en la mejilla y se dio la vuelta, metiéndose en el coche de Mike. Justo entonces se acercó Tyler.
-¿Qué pasa con Emma? ¿Le vas a engañar con la primera tía que te guiñe un ojo?
-Mira Tyler, déjalo, soy mayorcito, ¿no crees?
-Tú lo que eres es un cabrón de primeras, paso de que le hagas eso a mi hermana -dijo con una mano asomando al lado de su cabeza, dispuesto a darme un puñetazo.
-¡Eh, eh, eh! Para el carro -agarré su puño con mi mano derecha-, que tu hermana y yo lo dejamos hace tiempo. Y fue porque ella quería.
Tyler se quedó callado, se dio media vuelta y soltó un "cabrón" dirigido hacia mí, y se fue. Yo me quedé ahí, enfrente de la casa. Subí arriba y me lié un peta. Y desde allí vi el atardecer solo hasta que cogí mi coche y conduje hasta casa de Rachel.

Lo que pasó después lo recordaba, pero en el frío suelo y con Katt gritándome y llamando a un médico no me apetecía otra cosa que dormir. Y eso es lo que hice: dormirme durante tan solo dos segundos, porque un vaso de agua fría cayó sobre mí. Y volví a oír perfectamente a Katt y a los chicos tocando de fondo.
-Vuelve al escenario, ¡YA!

viernes, 24 de junio de 2011

Hypnosis (III)

Entré; hice mi solo. Sólo se me oía a mí, y de fondo los gritos de muchas fans y algún que otro chico gritando mi nombre como locos, sobretodo ellas diciendo que me querían y que querían un hijo mío. Cada vez que oía esto último sonreía un poco, levantando una sola comisura -la derecha-, y seguía con lo mío.
Me encantaba esa sensación, nunca antes me había sentido así, y era en parte por esas perfectas pastillas redonditas, las azules; en eso Josh tenía toda la razón y más: le había dado la vuelta a todo en un momento sólo con hacerme tragar unas cuantas, aunque yo, desconfiado, me había tragado toda la puta bolsa.
Cada vez me subía más el colocón, y todo se hacía mejor que antes, más y más definido y potenciado. Parecía que incluso las cosas tenían una silueta bordeada con rotulador negro permanente. Me gustaba.
Los cañones volvieron a echar humo justo cuando me tocaba hacer la parte gutural de la canción, fue, literalmente, la hostia. Tyler me miraba de reojo y sonreía descaradamente, como si eso fuera un signo de aprobación, de que lo estaba haciendo bien.
Yo ya sabía que lo estaba haciendo bien, no había más que mirar a la gente que había en primera fila, que estiraban los brazos para poder tocarme aunque fuese un pie, y con eso estallarían de alegría.
Dejé de tocar la guitarra, estaba bastante cansado cantando, y Ethan empezó a tocar creyéndose el rey del mundo, sacando la lengua e inclinando la cabeza hacia abajo, mirando la guitarra y de vez en cuando a los de delante suyo. De vez en cuando estaba bien dejarle a su aire, crecía bastante, pero cuando lo hacías demasiado se creía el que más, y eso apestaba.
Me quité la guitarra de encima, estaba sudando, así que me saqué la camiseta y la tiré a la que más gritaba, y, si no recuerdo mal, se puso a llorar de la emoción. Pensé que se marearía y caería al suelo, pero luego caí en la cuenta de que era imposible que se cayese al suelo, no podía de la gente que había en las primeras filas.
Me pareció increíble cómo se había llenado el concierto, estaba a rebosar, y recordé lo que Kattie nos había dicho pocas semanas, quizás un mes y medio o dos, después de sacar a la venta las entradas: que se habían agotado. Las sacamos a la venta tres o cuatro meses antes del concierto, y a los dos meses ya no quedaban. Nos pusimos a saltar todos de la emoción en ese momento.
Volví a coger la guitarra, y con Tyler a mi lado y Josh dándolo todo al final del escenario, acabamos la primera canción y Josh nos introdujo a otra a los cinco segundos del final de mi presentación. Mientras hablaba, no se oía ni un grito, todo en silencio menos yo. Me adoraban, y yo lo notaba.
Empecé a notar que algo iba mal, sudaba mucho, y me estaba mareando, pero aún así, seguí tocando. La cosa empezó a ser más rara y complicada de lo habitual cuando me tambaleé con la guitarra y di un paso muy cerca del borde del escenario. Estaba a punto de caerme de bruces, y las cosas empezaron a hacerse más confusas y borrosas.

miércoles, 22 de junio de 2011

Hypnosis (II)

No sentí nada en unos cinco minutos.
-Josh, ¿quién coño te ha vendido esto? Te habrá costado una pasta y no hace una mierda.
-Cállate, idiota -me dijo mientras alzaba una mano hacia mí-. Esto hace, y bastante... tú tranquilo.
No estaba tranquilo, ni pretendía estarlo, así que me di la vuelta, saqué de nuevo la bolsita, vacié todas las pastillas que quedaban -unas nueve o así- en mi mano y me las eché a la boca de golpe.
Pasaron otros cinco minutos, y empecé a sentir, supuse, el efecto de las dos míseras pastillas que me había tomado antes con Josh.
-Al escenario, chicos -dijo Kattie con una enorme sonrisa en la cara. Estaba contenta. Se le notaba. Sabía que en este concierto íbamos a alcanzar la fama total, HYPNOSIS sería totalmente conocido, y así empezaríamos a viajar no sólo por alguna parte de Estados Unidos, sino por toda América, Europa e incluso Asia si todo iba como habíamos previsto.
Todos lo sentíamos, pero en especial mi amigo Josh y yo, íbamos muy, pero que muy colocados. Yo sobretodo, me había metido todas las pastillas que tenía: todas a la vez.
Ahora sí, me sentía más vivo que nunca, y eso era ya bastante difícil. No volaba, pero veía todo como por debajo de mí, me sentía dios. Veía todo muy claro, los colores eran nítidos, potenciados al máximo. Un rojo normal daba miedo, parecía fuego, e incluso quemaba a veces en los ojos. Pensé en que si todos viesen así la guitarra de Ethan, que incluso tenía fuego grabado en la chapa, seríamos legendarios, los mejores, y haríamos historia.
Empezamos a subir escaleras hasta el stage, nos colocamos y nos miramos todos una vez.
-Son nuestros -dijo Tyler al oír a las fans gritando histéricas nuestros nombres. Al oír el suyo se puso a saludar como un completo payaso, eso sí, cerciorándose antes de que el telón estaba completamente bajado. Nos reímos un poco de él hasta que paró. Pero paramos en cuanto notamos que el concierto iba a empezar en dos minutos muy cortos.
El humo salía ya de los cañones, y el telón empezó a subir lentamente, y cuanto más subía, más gritaba el público. Era perfecto.
Cuando aún ni se nos veían las rodillas, comenzamos a tocar. Era la mejor canción que había escrito para el grupo, y la más nueva. La gente se calló de repente, y sólo se nos oía a nosotros. No sabía si era verdad, o el efecto de las drogas, pero de todos modos, me gustaba. Entonces, cuando ya había subido del todo el telón y se nos veían completamente las caras, empezaron a chillar como locos otra vez. Algunos cantaban, otros no podían porque estaban, supuse, demasiado emocionados y no podían hacer otra cosa que gritar. Pero nadie, ni una sola persona que estaba de pie frente a nosotros en aquel concierto, estaba quieta.
"Londres" pensé, Cada vez lo veía más cerca, y la idea de tocar allí me alucinaba, me dejaba sin palabras, sin voz incluso para cantar. Pero esa era mi entrada con la guitarra, y no iba a fallarle a mi grupo por pensar en una ciudad inglesa.

martes, 21 de junio de 2011

Hypnosis (I).

Estaba eufórico, se me salían los ojos de las cuencas y en el mismo espejo podía ver cómo se iba hinchando cada vez más la vena del cuello. No iba a olvidar esa noche, ni yo ni mis fans.
En el camerino, repasaba letras de canciones, aunque sabía de sobra que podría cantarlas sin dificultad, algo que tú mismo escribes es difícil de olvidar. Entró Kattie, la chica morena, bajita, aunque siempre con tacones, y de exuberantes pechos. Llevaba un vestido negro bastante ceñido, le quedaba perfecto, ella siempre tenía que ir con ese glamour que hacía que todas las niñas quisieran llegar a ser ella, aunque pocas la conocían, era nuestra representante.
-¿Estás listo, Nick? -me preguntó mientras miraba unos papeles, y me fijé en sus uñas, siempre llevaba una perfecta manicura francesa de película.
-Sí, pero no salimos hasta dentro de cuarenta minutos.
-Pero todo listo,¿ver..?
-Verdad -le interrumpí, y salió de mi camerino cerrando la puerta casi con suma delicadeza.
Me di la vuelta y seguí a mi guitarra y a mis canciones, afinando la Fender y la voz. Kattie volvió a entrar, y sin darme la vuelta empecé a gritarle.
-¿Qué quieres, joder? ¡Te he dicho mil veces que no me interrumpas tanto antes de los conciertos, Katt! -me giré en la silla, y Kattie no estaba por allí, estaba Josh, el batería. Era un completo idiota, pero el mejor amigo que te puedes echar y un batería de primera.
-¡Eh! Baja esos humos -dijo con una sonrisa en la cara mientras abría la mano, y dejaba enseñar una bolsita de plástico con pastillas azules dentro-. Estas son las tuyas -y, a la par que decía eso, me las lanzaba, y yo con la mano las cogí.
-¿Qué es esto? Totalmente nuevo... Qué bien vives.
-No vas a volar, no vas a ver todo de colores, pero te aseguro que cuando las hayas probado, no te vas a arrepentir, son el jodido cielo, chaval. Un cuarto de hora antes y a darlo todo en el escenario. Ethan y Tyler están a lo suyo, no saben salir de la maría.
Echamos a reír, los dos conocíamos cómo eran el bajista, Tyler, y la otra guitarra, Ethan. Sabíamos perfectamente que sacarlos de su mundillo de la marihuana era imposible, pero siempre dijimos que eran ellos los que perdían. Fuimos con ellos, nos sentamos en los butacones que había en la sala de Tyler y estuvimos allí, oliendo a porro y colocándonos con ellos.
-Quince minutos -dijo Katt cuando pasaba por nuestra puerta.
Entonces Josh y yo nos miramos, echamos la mano al bolsillo y nos tragamos unas cuantas pastillas.

lunes, 13 de junio de 2011

Not you, but I do.

Hace tiempo que me planteo el dejarte rozando el -273ºC, el cero absoluto.
Llevo varios días pensando en que echarte de menos no es algo factible ni agradable, el "dolor" no es algo proporcional a la recompensa, ya que de recompensa, he de decir que, no obtengo nada. Llevo cerrándome a la vida más de dos semanas, dejando de ser yo y empezando a convertirme en una fría e incomprensible persona hasta para mí misma.
Tú ni te das cuenta, cada vez que te miro, que te hablo, tus ojos van al suelo, caen en picado como intentando evadirse del mundo, de mi mundo. Crees que las cosas son como antes, pero aquí nunca ha habido un antes. Nunca.
Te cuento mis cosas y tú respondes con algo que yo ya sé, o con un monosílabo, dándose a entender que te importa más bien poco mi vida. Estoy disgustada contigo, no pensé que una simple frase pudiera hacerte cambiar tanto, pensar en infinitas cosas en una sola noche, hacerme dormir menos de lo normal.
Pero tú te has recuperado, como yo creí hacerlo en su momento, hasta que volví a caer en el "te echo de menos, a ti y a tus tonterías".
Ni si quiera preguntas qué tal cuando nos vemos, y si lo haces enseguida escapas por si te digo algo que no quieres oír. No sacas tema de conversación ni intentas mantener el que yo propongo, y siempre espero de ti un "¿y tú?" que nunca llega. Nunca.
Cambias constantemente para gustarle al mundo, no a ti mismo, y no haces más que recopilar preguntas sobre si algo está de moda para hacerlo tú también. Y creo que eso nunca me gustó de ti, eso de no ser tú mismo. Nunca.
Dejas cosas atrás que podrías aprovechar ahora mismo, y muchas veces te he dicho que no lo hicieses, que no dejaras para mañana lo que pudieras hacer hoy. ¿Me han hecho caso alguna vez las moscas? Porque tú no: Nunca.
Así que, sinceramente, voy a olvidarlo todo. Voy a darle al botón de Reset y que sea lo que dios quiera, pero, por favor, que no deje ninguna secuela, porque una sola trastocaría todo mi ser. Dejaría nada más que un momento perfecto, sin desencadenantes ni final, solo en el vacío apartado a las dudas. Y nunca sabría cómo pasó todo. Nunca.

sábado, 11 de junio de 2011

Only way to communicate.


"Tocada, y hundida".


Simple Plan - Perfect

Hey dad look at me

Think back and talk to me
Did I grow up according to plan?
And do you think I'm wating my time doing things I wanna do?
But it hurts when you disapprove all along

And now I try hard to make it
I just want to make you proud
I'm never gonna be good enough for you
I can't pretend that
I'm alright
And you can't change me

'Cuz we lost it all 
Nothing last forever
I'm sorry 
I can't be perfect
Now it's just too late and 
We can't go back
I'm sorry 
I can't be perfect

I try not to think
About the pain I feel inside
Did you know you used to be my hero?
All the days you spent with me
Now seem so far away
And it feels like you don't care anymore

And now I try hard to make it 
I just want to make you proud 
I'm never gonna be good enough for you
I can't stand another fight
And nothing's alright

'Cuz we lost it all 
Nothing last forever
I'm sorry 
I can't be perfect
Now it's just too late and 
We can't go back
I'm sorry 
I can't be perfect

Nothing's gonna change the things that you said
Nothing's gonna make this right again
Please don't turn your back
I can't believe it's hard
Just to talk to you
But you don't understand

'Cuz we lost it all 
Nothing last forever
I'm sorry 
I can't be perfect
Now it's just too late and 
We can't go back
I'm sorry 
I can't be perfect

'Cuz we lost it all 
Nothing last forever
I'm sorry 
I can't be perfect
Now it's just too late and 
We can't go back
I'm sorry 
I can't be perfect
Licencia Creative Commons
Este obra de Ana Gracia Martínez está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.