martes, 17 de mayo de 2011

Thinking

  Ríe. No llores, ríe. Di que sí a todo, cómete el mundo, deja de preocuparte y sé feliz de una vez.
Deja que de los problemas se ocupen otros por un momento, olvídate de eso en lo que siempre piensas, olvídate de todo y sé feliz, que te toca.
  Hoy, sin ir más lejos, he sentido que corre sangre por mis venas, que respiro perfectamente y que no hay más de una atmósfera sobre mi cabeza. Me he sentido libre, me he sentido viva, me he sentido única y he visto que era yo. Simplemente, he dejado de pensar por cinco minutos, me he tumbado en el césped y he mirado al cielo. Ha sido curioso cuando, al poco tiempo, alguien se ha tumbado a mi lado.
-Está bien desconectar de todo durante un rato, por muy corto que sea -yo seguía con los ojos en el cielo, escuchándole, pero sin mirarle a la cara porque sabía de sobra de quién se trataba. Se nota cuando conoces a alguien lo suficiente, porque cuando oyes su voz, no piensas mas que en cómo es su cara y en cuántos lunares tiene en las orejas.
-La verdad es que sí. ¿Qué haces aquí?-pregunté sin más rodea, puesto que eso era lo único que me interesaba, si así se le podía llamar, en ese momento.
-Pasaba por aquí, mis tardes rutinarias de correr por el parque -no me había fijado, pero se le notaba cansado más de lo normal. Aquella tarde habría sido muy dura, o por lo menos, con pocos descansos.
-Y te has pensado que podías tumbarte a mi lado así porque sí, que podías romper esta hermosa armonía que había creado entre el suelo, las nubes y yo, ¿verdad?
-Mmmm, más o menos sí. Pensé que podría hacerlo, que no te molestaría... Pero si no quieres, me voy -hizo ademán de levantarse, a lo que contrarresté con mi brazo derecho, el cual puse sobre su barriga, empujándola contra el suelo, para que no pudiera hacerlo-. Y como veo que no, que quieres que me quede, ¿qué tal va el día?
-Pues... no muy bien, la verdad -giré la cabeza, y volví a contarle los lunares de la oreja izquierda otra vez, puesto que él aún estaba mirando las nubes, que se movían paulatina pero constantemente. Giró él entonces la cabeza, me miró con cara de asombro y abrió la boca para preguntar, pero antes de que lo hiciera respondí-. La gente, que es muy egoísta. Lo quieren todo sin dar nada a cambio, y esperan de ti más de lo que puedes dar.
-Bueno, eso quizás seas tú la que así lo vea, y en realidad no funcione así la cosa. Puede ser que ellos crean que ya hayan dado suficiente (y lo hayan hecho en realidad), y que ahora les toque recibir.
-No es así. No quiero tener amigos para el "tú me das, yo te doy". Quiero tenerles por el simple hecho de, ¡joder, son ellos a los que necesito para ser yo!
 Paramos de hablar unos instantes, hasta que le volví a mirar y le dije:
-Ahora sí. Te agradecería mucho que me dejases a sola para pensar en mí, para olvidarme de todo y para ser feliz de una vez; sea con o sin ellos. Principalmente, porque me lo merezco -y sin más miramientos, se fue, haciéndome un gesto para despedirse alzando la barbilla a la par que movía los brazos y comenzaba a correr por el parque, perdiéndose cada vez más entre los árboles y dejándome en mi paz, mirando hacia arriba, a la inmensa bóveda azul celeste que había ante mis ojos.
  Por eso te digo que necesitas un respiro, un "aquí me quedo", un momento a solas contigo mismo y punto. Y, también te digo que no te preocupes por cosas pequeñas, al final se hacen bolas intragables. Ríe cuando estés triste, porque llorar es demasiado fácil.
"Don't worry, be happy"

2 comentarios:

  1. Siempre siempre siempre se me olvida:)!
    IMPRESIONANTEEEE TIA!*_*
    te quiero

    ResponderEliminar
  2. Anagéinch, eres lo fucking best. Tecú! ALOOOOTT!
    Soul.

    ResponderEliminar

Licencia Creative Commons
Este obra de Ana Gracia Martínez está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.