martes, 31 de mayo de 2011

Ciara (II)

Era de ese tipo de preguntas que esperas desde que empiezas a cambiar, de esas que te molestan pero que quieres oír, porque significa que se preocupan por ti. Ese tipo de comentarios que sólo pueden dolerte de un gran amigo, pero que te hacen reflexionar más que otra cosa.
-¿Qué te ha pasado? -dijo Ellyn.
Tardé lo suyo en responder. Mucho. Quizás demasiado. Pero buscaba escusas razonables, algo que se pudiese usar fácilmente sin conllevar a preguntas. Pero no encontraba nada. No podía mentirle, no podía decir que no me pasaba nada ni que me pasaba algo, porque ninguna de las dos era del todo verdad. Aunque, en realidad, una sí lo era. Me pasaba algo, era obvio, y me pasaba realmente: lo supiese o no. En este caso no lo sabía,m así que opté por decirle cualquier cosa menos eso, sabiendo cómo se pondría con sus clases filosóficas, pensando que yo sí sabía lo que me pasaba, y no pararía hasta conseguirlo; pero lo que salió de mis labios se parecía más bien poco a lo que yo había pensado.
-No lo sé, Ellyn -en ese momento la cagué, noté cómo iba a ser mi futuro, cómo Ellyn iba a empezar a desmoronarse y a tirarme de los pelos para hacerme pensar, pero seguí-. Últimamente no me apetecía hacer nada. No quería venir a clase, no quería salir a la calle y no quería quedarme en casa.
Se quedó absorta, callada mientras íbamos a la cafetería, y cuando llegamos nos llevamos una gran sorpresa, aunque no estaba dedicada para nosotras.
Las mesas estaban llenas de comida, picoteo, y de diferentes bebidas. No fuimos las primeras en llegar, pero la sala aún estaba casi vacía en comparación con la gente que había allí apelotonada después de dos minutos de nuestra llegada. De repente, la gente empezó a gritar más de lo normal, y todo el mundo hablaba de una sola persona.
Era Paige, la chica más popular del instituto.
-¡Felices diecisiete, Paige! -gritaban todas las animadoras, sin más motivo que por ser aceptadas en su grupo de amistades. Parecían idiotas, pensé que estaría bien coger una bota gigante y darles en el culo una a una, mientras hacen esas cosas horribles de "dame una A".
Paige era esa típica niñata que lo tiene todo: al chico más guapo del instituto, los mejores amigos, buenas notas y a todos de su parte. Aunque, en verdad, cada persona del instituto la había puesto verde alguna vez. Sería envida u odio verdadero, pero insultos se había llevado de todos lados.
La animadora ultrapopular, alzada en los brazos de su novio Quent, iba pasando por el pasillo que todos habíamos ido dejando. Yo estaba en primera fila, y graciosa fue la cara que se me quedó al oír de sus labios:
-Hola Ciara, ¿te sientas hoy con nosotros a comer?

2 comentarios:

  1. Me encanta tu blog!!! te sigo desde ya :)
    pásate por el mio si tienes algo de tiempo!!
    mil besos(K)

    ResponderEliminar

Licencia Creative Commons
Este obra de Ana Gracia Martínez está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.