lunes, 18 de julio de 2011

Hypnosis (VI)

Recuerdo que era una tarde calurosa cuando conocí a Kattie. Estaba en nuestro garaje cuando entré.
-¿Qué hace esta tipa aquí? -le pregunté a Josh por lo bajinis. Veníamos de su casa, de ponernos ciegos.
-Ni puta idea -dijo mientras reía, y yo lo hice con él.
-¡Eh, Tyler! ¿Quién es esta? -dije mientras le apuntaba con la barbilla.
Ella estaba sentada en el taburete de la batería, pero lo había puesto justo delante de mi micro, para ver bien a toda la banda.
-Una, que dice que nos quiere hacer famosos y ricos.
Todos echamos a reír cuando oímos a Tyler diciendo eso, y Kattie nos miró con ojos asesinos, y salió escopetada taconeando por la calle que bajaba hasta el parque. Salí corriendo tras ella cuando me di cuenta.
-Bah, venga, no te lo tomes en serio, era solo una broma. ¿Cómo te llamas?
-Nick, óyeme. Vamos, responde.
-Kattie, encantada -me dio dos besos.
-Nick. ¿Qué... qué es eso que dice Tyler?
-Os conozco de oídas. Ni siquiera me gusta demasiado vuestra música. Sólo digo que necesitáis a alguien que os diga cómo vestir, qué cantar y cómo comportarse en cualquier sitio. Incluso en el escenario.
-Oye, perdona, pero que nosotros no necesitamos nada de eso. Tenemos una banda, y dieciséis años nada más. Aún estamos medio aprendiendo a tocar canciones y casi no tenemos las suficientes para un disco propiamente nuestro.
-Pues nada, yo me voy. Pero... por si acaso, de verdad. Toma y guarda -enfatizó esa palabra- mi tarjeta.
-Joder, ya, no estoy para bromas. Des-pier-ta.
A los meses la llamé, era nuestro primer concierto de verdad y no sabíamos qué hacer.
-¿Sí?
-Kattie, soy Nick, guitarrista y cantante de HYPNOSIS.
-Sabía que acabarías arrastrándote -y, después de decir eso, empezó a reírse a carcajadas.
Acabamos por darle un mes de prueba, y por contratarla al final también.
De repente, dejé de ver borroso, y todo se volvió completamente negro. Como el carbón.
No veía nada de nada, y sólo oía muy de vez en cuando a Katt diciendo cosas y llamando a gente gritando en mi oído.
No la había notado así desde que llegué tarde a uno de nuestros conciertos.
Era noviembre, y justo me acababa de comprar un coche nuevo. Yo estaba aún con la hermana de Tyler, Emma. Empezamos a salir poco después de conocernos, y ese día hacía un año.
Decidí llevármela a un pueblecito de las afueras, todo césped y lagos, y pasar allí la tarde.
-Nick, vamos, despierta de una puta vez, apriétame la mano si sientes la mía. ¡LLAMAD DE UNA VEZ A LA JODIDA AMBULANCIA! -ni siquiera notaba su mano en la mía.
La llevé con mi coche y estuvimos un par de horas. Yo tenía todo controlado; sabía que no podíamos salir de allí más tarde de las siete porque a las nueve tenía que estar actuando con Tyler, Josh y Ethan sí o sí. Ese concierto era importante, casi todos lo habían sido, eran un escalón más para HYPNOSIS.
No podía faltar, así que coger pronto el coche era crucial.
-Me encanta -había dicho Emma, y después me había besado en la boca, suave y lentamente-. No sé cómo algunas veces puedes ser tan romántico y otras tan... tan... tan tú. Pero me encantas y lo sabes.
En ese momento me había mirado con unos ojos brillantes que sólo aparecían cuando algo de lo que yo hacía le conmovía lo suficiente como para pasar del notable.
-¡Que te despiertes ya, joder! -esto lo dijo llorando, eso lo pude notar en su tono de voz. Pobre Katt-. Vamos, aguanta... Nick, HYPNOSIS te necesita, yo te necesito. Por favor...
Empecé a oír un pitido, lo vi todo más negro todavía aunque había pensado que no podría ser nada más oscuro que aquello anterior, y dejé de sentir totalmente todo. Incluso dejé de sentir la respiración bajo mi pecho y las pulsaciones en las sienes estrujándome el cerebro. Y, de repente, el pitido cesó.
Y no volví a sentir nada. Nunca.

1 comentario:

Licencia Creative Commons
Este obra de Ana Gracia Martínez está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.