jueves, 3 de febrero de 2011

Empezar.

-Plantéatelo,-dejó de hablar para tomar aire y decir:- empieza de cero.
-¿Cómo quieres que lo piense si quiera? Pretendes que olvide y haga borrón y cuenta nueva, sin darme nada a cambio, ni si quiera la seguridad en ti mismo que esto va a salir bien, que me va a ser rentable y que siempre voy a tener una sonrisa en la cara. Tampoco me prometes que vas a estar a mi lado pase lo que pase, en todo momento.
-Sabes que no puedo prometerte cosas, sabes que no puedo decirte que todo va a ser de rosas o que voy a estar detrás de ti por si te caes, porque quizás haya sido yo el que te ha puesto la zancadilla, a veces los más cercanos lo hacen.
-Mucho mejor, ahora no puedo confiar ni en mi sombra -casi eché a llorar, pero me contuve y aligeré el paso-. ¿Qué hago entonces?
-Empieza una nueva vida, de incógnito. Que nadie sepa que eres tú. Que nadie te conozca ni te señale por la calle. Lo mantendremos en secreto, ¿de acuerdo? -y sonrió, justo antes de propinarme un beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
Este obra de Ana Gracia Martínez está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.