domingo, 20 de febrero de 2011

Moments

¿Cuántas veces te has quedado atónito en algún momento de tu vida? ¿Cuántas veces te ha ocurrido cualquier cosa que te dejase boquiabierto? ¿Cuánto tiempo has estado sin parpadear para no perderte nada de lo que ocurría, para no dejar de mirarle a los ojos, para no dejar de escuchar a la vez que veías cómo movía la boca de esa manera que tanto te gustaba? ¿Has intentado en alguno de esos momentos decir una sola palabra?
Yo sí, y no lo he conseguido. Es ese momento en el que todo se para y sólo tienes ojos y oídos para lo que está ocurriendo. Es cuando pones todos los sentidos en la misma persona. Es cuando empiezas a sentir algo especial, algo que no habías sentido antes y que no pensabas que sentirías. Es ese tipo de sensación que hace palpitar tu corazón, y bien de sobra sabes que no es "amor", que quizás sea algo más, incluso.
Que cuando te habla y te mira, te quedas petrificado, más quieto que una estatua, esperando a que pase algo. Piensas "venga, date prisa, haz algo, te estoy esperando", pero nada, ni se da prisa ni hace nada. Y eso te gusta. Te gusta que te dejen con la miel en los labios porque no necesitas más de esa persona que su atención por unos instantes. Porque sabes que entre vosotros no hay nada más que amistad, y lo ves de lo más perfecto.
Esos momentos en los que se te corta la respiración son los que importan, son a los que te tienes que aferrar.
¡Adelante, hazlo!

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